El Gobierno debería emprender proyectos en procura del rescate de los niños que deambulan las calles y realizan tareas reservadas para adultos, lo que representa un triste dramas en las calles y avenidas, principalmente de la Capital.
Se impone, además, que las autoridades competentes actúen en contra de las redes de personas que se asegura, se dedican a reclutar a personas semiparalístiocas , deformadas y niños hijos de haitianos, que se dedican a pedir limosnas en los semáforos.
Es conmovedor observar a tantos niños que de manera despectiva suelen llamarles "palomos", dedicados a limpiar cristales de automóviles, vender chucherías, exponiéndose perder las vidas embestidos por automovilistas.
Esos menores vagabundos, resultado de la paternidad irresponsable y acumulación de la deuda social de los gobiernos, además de ser víctimas de explotación laboral, muchos han caidos en las garras de los vicios y a ser víctimas de abusos sexuales.
Ahora que se debate el tema de las organizaciones no gubernamentales, mejor conocidas como ONGS consideradas "fantasmas" y a las cuales se les han asignados importantes partidas en el Presupuesto Nacional, se impone se identifiquen recursos para el financiamiento de programas de asistencias económica y social a los tantos niños que recorren esas calles , errantes, porque no cuentan con techo seguro ni una paternidad que les brinde protección y cariño.
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