La SecretarÃa de Estado de Agricultura (SEA) debe a los productores de cebolla de la provincia Peravia la suma de RD$72 millones, de acuerdo a Rosario Valdez Paulino, presidente de la Federación de Campesinos de Peravia.
Los cebolleros visitaron la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) e interrumpieron una rueda de prensa que tenÃa la Asociación Dominicana de Proveedores de TecnologÃa (Adoprotec), para manifestar que el conglomerado de productores atraviesa por una situación precaria de falta de efectivo.
Valdez Paulino agregó que el supuesto incumplimiento de Agricultura los ha dejado sin dinero para emprender otra cosecha, lo que señala que más de 300 productores están en peligro de caer por debajo de la lÃnea de la pobreza.
Mientras Adoprotec coversaba con los periodistas sobre lo conveniente que es el Programa de Apoyo a la Transición Competitivida Agroalimentaria (Patca), los cebolleros llegaron a dar un mensaje claro al secretario ChÃo Jiménez, páguenos.
Esta vez no son las cebollas las que provocan lágrimas con su extravagante olor, sino que quienes la producen lloran ante la impotencia de observar como el pueblo consume un producto que ellos sembraron, pero que nadie les ha pagado.
Al Gobierno que
Los cebolleros visitaron la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) e interrumpieron una rueda de prensa que tenÃa la Asociación Dominicana de Proveedores de TecnologÃa (Adoprotec), para manifestar que el conglomerado de productores atraviesa por una situación precaria de falta de efectivo.
Valdez Paulino agregó que el supuesto incumplimiento de Agricultura los ha dejado sin dinero para emprender otra cosecha, lo que señala que más de 300 productores están en peligro de caer por debajo de la lÃnea de la pobreza.
Mientras Adoprotec coversaba con los periodistas sobre lo conveniente que es el Programa de Apoyo a la Transición Competitivida Agroalimentaria (Patca), los cebolleros llegaron a dar un mensaje claro al secretario ChÃo Jiménez, páguenos.
Esta vez no son las cebollas las que provocan lágrimas con su extravagante olor, sino que quienes la producen lloran ante la impotencia de observar como el pueblo consume un producto que ellos sembraron, pero que nadie les ha pagado.
Al Gobierno que
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