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UN PLAN MACABRO


Por ALBERTO RAMÍREZ/Periodista

En múltiples ocasiones me he referido a lo difícil que le resultará a nuestros gobernantes futuros, integrar a personalidades de renombres y con capacidad al tren administrativo del Estado Dominicano.
Esto así, porque nadie que se respete va a aceptar ser parte de un gabinete presidencial, ofrecer sus servicios a la nación, para luego salir desacreditado por el rumor público que lo incrimina de tal manera que llega a afectar hasta la propia moral de su familia, aunque se llegue a demostrar su inocencia.
Por ejemplo, en la actualidad existe todo un plan “moralista” diseñado a combatir la corrupción en las instituciones estatales lo que resulta plausible dado el interés colectivo en sanear el aparato del Estado.
Sin embargo, el morbo ciudadano resulta atractivo para algunos comunicadores que lo aprovechan con el propósito de lograr rating para sus programas, importándoles muy poco el daño a esos funcionarios y a sus familiares.
En la actualidad existe un bien organizado plan que busca, más que descubrir los actos de corrupción en el gobierno, desmembrar el gabinete gubernamental, como una forma de presionar al Presidente de la República, doctor Leonel Fernández, a realizar cambios en el gobierno.
Resulta que esos afanes de algunos comunicadores han despertado una “cacería de brujas,” que se ha combinado de manera muy eficaz con las luchas interna en los partidos por alcanzar posiciones electivas congresuales y municipales que muchos quieren conseguir aún a costa de que rueden las cabezas de los demás.
Esas lucha será muy fuerte, habida cuenta de que los nuevos senadores, diputados, síndicos y regidores se elegirán por un período de seis años.
De ahí se deduce la existencia de planes macabros para dañar imágenes de funcionarios públicos y dirigentes políticos, que llegan inclusive a denunciar si tienen o no amantes y si viajan o no a vacacionar al extranjero.
Esa cacería incluye las deslealtades desde dentro del propio Partido de la Liberación Dominicana y desde las propias oficinas públicas o llamados “amigos,” que por no conseguir algún empleo o favor se dedican a hacer travesuras, sacando expedientes, inventando historias y hasta denunciando a las amantes, aprovechando la voracidad de algunos productores de programa por despertar ese morbo de la población por conocer de los chismes de ultima hora.
Con el pasar de los días vamos a ver hasta donde llegan estos planes macabros y cuántos salen desacreditados por su único pecado de servirle al Estado Dominicano.

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