QUITO,(AP).- A ocho meses de una matanza que se conoce
dejó al menos 30 indígenas taromenane muertos y cuyos cadáveres no fueron
localizados, el gobierno ecuatoriano difundió fotografías que
confirmarían el hecho y que justifican el rescate de una niña de esa
etnia que permanecía en custodia de los asesinos de su familia.
La acción policial se realizó el martes y permitió, además, la captura de seis presuntos autores de la masacre.
“Es incuestionable lo que ha pasado, no sé por qué la Fiscalía se
demoró tanto”, criticó el presidente Rafael Correa en su programa
sabatino de radio y televisión al recordar que una de las dos menores
secuestradas “vivía con los asesinos de su familia”.
Correa explicó que la segunda menor no fue recuperada ya que esta vive en otra comunidad que no participó en la masacre.
Mencionó un pasaje del libro que meses atrás fue censurado y luego
liberado de la acción judicial, en el que se relata que “la niña
histérica comienza llorar y dice tú mataste a mis padres”.
El 26 de abril, unos 13 guerreros waoranis ingresaron a la selva y
luego de una semana retornaron con las dos menores cautivas y con
escopetas de indígenas taromenane, que viven en aislamiento voluntario.
Este acto se dio en represalia por la muerte de dos ancianos waoranis
que fueron atacados en marzo por los taromenanes.
Correa ratificó que “hay fotos de las muertes” que confirman el hecho y que en su momento fueron entregadas a la Fiscalía.En las imágenes solo se pudo observar a los presuntos responsables
que se fotografiaron junto a los cadáveres, cuyas siluetas aparecieron
difuminadas.
“Todo el mundo tiene nociones del bien y del mal y saben que matar es
malo”, por lo que todas las etnias “tienen que regirse por el estado de
derecho”, dijo.
El jefe de Estado destacó que la detención de los sospechosos debe
ser el “punto de quiebre” para que se frenen este tipo de matanzas entre
pueblos indígenas por rivalidades históricas.
“Nadie puede estar por encima del bien o del mal”, dijo Correa al
tiempo que recordó el principio fundamental del derecho a la vida por lo
que “los que asesinaron tienen que responder ante la ley”. El
ministro del Interior, José Serrano, relató el operativo realizado por
agentes especiales y cuyo objetivo fue “precautelar la vida de la niña”.En 2003 se produjo otra matanza que dejó unos 20 indígenas tagaeri muertos y que quedó en la impunidad.
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