"Nos preocupa que exista la percepción de que el problema del cólera
está resuelto", aseguró Medrano en una entrevista con Efe antes de
viajar a España, donde la próxima semana abordará con las autoridades la
crisis sanitaria que vive el país caribeño.
Desde que comenzó la epidemia en 2010, Haití ha acumulado más de 725.000
casos de cólera y cerca de 9.000 muertes relacionadas con la
enfermedad. Y aunque el número de casos ha descendido año a año hasta
llegar a menos de 30.000 en 2014, el problema sigue siendo mayúsculo.
"Para muchos esto no es una emergencia, pero cualquier país con 30.000
casos de cólera al año sería una emergencia sanitaria", explica Medrano,
que además advierte sobre la preocupante tendencia de los últimos
meses, cuando los nuevos casos aumentaron hasta unos 5.000 al mes,
frente a los menos de mil de comienzos del año pasado.
Esa subida, registrada con motivo de la temporada de lluvias, deja claro
que la solución del problema aún está lejos y muestra las debilidades
de Haití a la hora de hacer frente a este desafío, según la ONU.
"Es un país muy vulnerable a desastres naturales, un país que tiene una
muy débil infraestructura sanitaria, hospitalaria y en dotación de
agua", advierte Medrano, que considera que el cólera no desaparecerá de
Haití mientras el país no tenga unas condiciones en esos ámbitos
similares a las de la región de América Latina.
Al problema se suma la falta de fondos para trabajar contra la epidemia,
pues según el responsable de la ONU ahora mismo no hay recursos para
atender las necesidades más inmediatas ni para financiar correctamente
los planes a más largo plazo.
"Necesitamos cerca de 30 millones de dólares (en 2015) y lo que hemos
logrado hasta ahora es muy poco. No alcanza 3 millones de dólares",
explica.
La cantidad resulta mínima en comparación con otras grandes crisis
humanitarias alrededor del mundo, pero eso es en parte lo que hace más
difícil convencer a los donantes, cuya atención se centra en problemas
como el ébola o los conflictos que se viven en África y Oriente Medio.
Además, según Medrano, hay también una cierta "fatiga de los donantes"
para con Haití, donde la comunidad internacional fue "muy generosa"
inmediatamente después del terremoto que asoló la isla hace cinco años.
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