Dijo que las autoridades de transporte deben involucrase, sino los esfuerzos que se hagan en materia de salud se verán reducidos si continua el caos en el tránsito.
"La Chikungunya generó gran revuelo, pero mató a menos gente que los que provocan los choques de tránsito, manifestó el doctor García Silverio al ser entrevistado en el programa matutino El Día que se transmite por Telesistema.
El neurocirujano vascular reseñó que las lesiones por choques de tránsito consumen casi el 40 por ciento de los recursos del hospital y que en términos globales, solo atendiendo esa enfermedad, los hospitales gastan unos 57 mil millones de pesos.
Es por esta razón que el doctor Amaury García entiende que no basta con campañas educativas en las dos épocas pico del año, dígase Semana Santa y Navidad, sino que debería ser una acción permanente, día a día, para así evitar los daños colaterales que provoca en todos los renglones.
García Silverio añadió que los daños que dejan los choques de tránsito no solo son físicos y económicos, sino también de orden psicológicos. "Cuando una persona deja de caminar o hacer lo que antes hacía, cuando ya no tiene sus manos o una pierna, un 30% de esos pacientes pasa a necesitar soporte psiquiátrico".
El funcionario explicó que alrededor de un 30% o un tercio de los que sufren traumatismos cerebrales queda con discapacidad o "tullido" y que eso representan una de las cargas más fuertes para las familias porque además de ser un problema personal "ata a otra persona que debe dejar su empleo para atender al enfermo".
El doctor García Silverio reiteró que su llamado de cambiar el vocabulario "accidentes de tránsito" por "Choques de Tránsito", entendiendo que en ésta última hay una inobservancia total a la prudencia y a las leyes de tránsito como por ejemplo no usar el casco protector, el cinturón de seguridad o textear mientras se conduce un vehículo.
Recordó que en el 2016, de las 581 defunciones del Hospital Traumatológico Ney Arias Lora, 188 se produjeron por traumatismo craneoencefálico y que el grupo más impactado estuvo entre los 18 y 49 años de edad, dígase gente productiva que va a la Universidad, que ya formaron familias.
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