KANSAS.-La muerte este lunes el ex lanzador de Las Mayores, Héctor Wagner, tras perder la batalla ante un cáncer de estómago que se le diagnosticó en 2013, ha causado pesar en los jugadores del béisbol de Las Grandes Ligas, en especial de sus ex compañeros de equipo.
El fenecido picher derecho jugó con los Reales de Kansas City en Las Mayores y en la pelota otoño invernal dominicana militó por muchos años con las Aguilas Cibaeñas.
Héctor Raúl Guerrero Wagner, nacido el 26 de noviembre de 1968, en la provincia San Juan, murió en su casa de la ciudad de Cliston, en el estado de Nueva Jersey, en Estados Unidos, luego de caer en situación crítica hace una semana, informó esta mañana Juan Ozuna (Sandy) al periodista Odalis Sánchez, del periódico El Nacional.
Ozuna reveló que Wagner había sido desahuciado por los médicos y enviado a su casa en Nueva Jersey tras presentar un deterioro progresivo al provocarle una metástasis. Cayó en cama hace una semana y en los últimos cuatro días no hablaba ni se podía parar, hasta a las 6:00 de la mañana de este lunes que tomó su último aliento y su vida se detuvo.
Wagner militó en el béisbol organizado de los Estados Unidos con los Reales de Kansas City, franquicia que lo firmó en 1986 (13 de mayo) recomendado por el escucha Luis Silverio.
Cuatro años más tarde, debutó en Las Mayores el 10 de septiembre del 1990, permaneciendo a ese nivel hasta el 1991, siendo su última salida el 11 de octubre.
Tras su militancia por los Estados Unidos, República Dominicana y las ligas de Japón, Taiwán, México y Colombia, colgó los spikes en el 2002, luego de una breve incursión de los Bears de Newark, una liga independiente de Nueva Jersey.
Héctor Wagner dejó viuda a Rosa Ozuna, de 46 años de edad, con la quien mantuvo una relación de 33 años (30 de ellos casados) y en la orfandad a tres hijos: Raulín, de 25 años; Jaison, de 20; y Kevin Wagner Ozuna, de 16 años.
Rosa Ozuna fue el amor de su vida para Héctor, ya fue su única novia y posteriormente esposa, y quienes llevaban cerca de 25 años viviendo en el estado de Nueva Jersey al salir del país en 1992.
Ambos, previo a emigrar a Norteamérica residían en el sector de Los Mameyes, en el municipio Santo Domingo Este, y tenían una propiedad inmueble en la calle 10 del Ensanche Isabelita, detrás del club de Los Legisladores, en la referida jurisdicción.
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