Ante el riesgo de que el mar penetre hasta 500 metros tierra adentro, más de 10.000 personas han sido evacuadas de sus hogares, la mayoría en casas más seguras de familiares, aunque unas 7.000 personas se refugian en instalaciones habilitadas por las autoridades locales.
En la capital cubana se han registrado ya vientos de unos 87 kilómetros por hora y podrían aumentar a lo largo de la noche, provocando fuertes marejadas y la inundación de las calles más próximas a la costa.
Según los últimos pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet), en el Malecón habanero las inundaciones costeras comenzarán con olas de 4 y 6 metros en la tarde del sábado y se elevarán a 9 metros durante la noche, que se extenderán hasta el domingo.
En situación parecida se encuentran las provincias occidentales de Matanzas y Mayabeque, que junto a La Habana, pasaron hoy de fase de alerta a alarma, estado en el que se aconseja a la población no transitar por las calles y permanecer en lugares seguros.
Sin embargo, en horas de la tarde, cuando las rachas de viento en la capital ya eran intensas, por encima de los 80 kilómetros por hora, aún se veía gente por la calle, aparentemente tranquila, apurando hasta el último minuto antes del azote de Irma.
Prácticamente la totalidad del territorio cubano, catorce de sus quince provincias, están hoy en estado de alarma, la tercera de las cuatro categorías que declaran en Cuba antes estos desastres, siendo la cuarta la fase de reconstrucción.
El Estado Mayor de la Defensa Civil pidió hoy "prudencia" porque además del viento, los transeúntes se pueden encontrar con cables en el suelo, alcantarillas abiertas y árboles caídos.
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