CIUDAD DE MÉXICO, (AP).- Un hombre fue sentenciado a 430 años de prisión por matar a 11 mujeres jóvenes cerca de Ciudad Juárez -un área conocida por una alta incidencia de feminicidios, entre el 2009 y 2012, informaron este marftes autoridades.
La Fiscalía General del Estado de Chihuahua, donde se ubica Ciudad Juárez, dijo el lunes que Pedro Payán Gloria drogaba a las mujeres, las obligaba a prostituirse y vender drogas, y luego las mataba cuando ya no le servían. Los restos de las mujeres fueron hallados en el 2012 en el Valle de Juárez, una zona mayormente agrícola.
Más de un centenar de mujeres han sido asesinadas en la ciudad fronteriza desde 1993, aunque varios asesinatos en serie o por imitación parecen haber disminuido a finales de 2004 y principios de 2005. Las víctimas son por lo general jóvenes, trabajadoras de fábricas, que son secuestradas, agredidas sexualmente y estranguladas, y luego sus cuerpos eran desechados en el desierto.
Pocos de los casos más recientes han sido investigados de la forma apropiada.
Sin embargo, activistas y las madres de las víctimas recientemente asesinadas dicen que presionaron a los investigadores a que les proporcionaran información que condujera hacia los sospechosos. Otras dos personas han sido sentenciadas en el caso.
En 2013, la fiscalía del estado informó que los sospechosos que en ese entonces estaban detenidos dirigían una agencia de modelos, tienda de ropa y una pequeña tienda de abarrotes que utilizaban para atraer a mujeres ofreciéndoles trabajo.
“El sentenciado participó activamente en los procesos donde reclutaban a las mujeres prometiéndoles empleo para posteriormente drogarlas y forzarlas a prestar servicios sexuales, así como a vender drogas mediante amenazas y castigos físicos”, informó la fiscalía del estado de Chihuahua.
De acuerdo con los fiscales, luego de que los individuos reclutaban a las mujeres con mentiras o amenazas o las secuestraban, las retenían y forzaban a prostituirse en el Hotel Verde ubicado en Ciudad Juárez, limítrofe con El Paso, Texas. En ese mismo lugar, una prostituta de mayor edad les llevaba clientes para que los atendieran, e informaba a un miembro de la pandilla si alguna intentaba escapar para que las castigara.
Las víctimas, algunas de 15 años, también eran asesinadas si no ganaban suficiente dinero.La sentencia es mayormente simbólica porque México generalmente limita las sentencias a 60 años de prisión.
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