La eucaristía se celebró en la parroquia Divina Providencia de Arroyo Hondo y fue concelebrada por los sacerdotes Catalino Tejada y Mario de la Cruz Campusano, director y subdirector del Instituto respectivamente, y el vicario parroquial de Arroyo Hondo padre Rodrigo Hernández.
Este nuevo semestre del programa de la maestría en Ciencias del Matrimonio y la Familia se celebra de manera virtual, debido a la emergencia mundial por el coronavirus covid-19. Distintos religiosos, profesionales y laicos católicos que trabajan con los matrimonios, las familias y la educación de niós y adolescentes son estudiantes de la maestría que viene ofreciéndose desde hace varios años.
El Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia fue fundado en 1981 por el papa Juan Pablo II, con la intención de ofrecer a la Iglesia católica una contribución de forma que la verdad sobre matrimonio y la familia sea siempre investigada con el método más puramente científico. Asimismo, para dar paso a que laicos, religiosos y sacerdotes reciban una formación en esta materia, ya sea científica, filosófica-teológica, o en las ciencias humanas, de forma que su ministerio pastoral y eclesial sea realizado de manera más adecuada y eficaz. Incluso desde un punto de vista organizativo dentro de la Pontificia Universidad Lateranense, el Instituto es independiente y concede títulos pripios en licenciatura en teología, doctorado y máster en ciencias del matrimonio y de la familia, con especialización en bioética.
El Instituto tiene secciones en todos los continentes. En el año 2002 inició su su docencia en la República Dominicana como una sección del Instituto que funciona en la Universidad de Valencia, España.
Entre los objetivos del máster que se imparte en el país, según los promotores, se encuentra el de "proporcionar una formación académica rigurosa e interdisciplinaria sobre las cuestiones relativas a las intervenciones sobre la vida humana en la era de la técnica, insertándolas en el marco de las referencias fundamentales antropológicas, teológico-morales y jurídicas y aplicándolas, en particular, a la perspectiva de la centralidad de la familia.
El arzobispo Ozoria ha reforzado las funciones del Instituto en el país y dispuso que la vicaría de la pastoral de Familia y Vida formara parte del mismo. Moseñor Ozoria destacó la feliz iniciativa del Papa Juan Pablo II de crear esta importante institución, en un tiempo en que la familia en toda la humanidad pareció haber entrado en crisis.
“Dios ha querido dar a la Iglesia y al mundo abundantes dones a través de la persona de este Papa, y el matrimonio y la familia han sido grandemente favorecidos por su impulso evangelizador. La creación de este instituto es una muestra de la materialización de su fecundidad espiritual”.
Recordó que el 13 de mayo del año 1981, el Papa Juan Pablo II se disponía a anunciar la fundación de este Instituto Teológico como una forma de responder a los nuevos desafíos que enfrenta la familia en la sociedad actual, pero que en ese momento se produjo el atentado contra su vida, del cual fue librado, como diría más tarde el mismo Papa por la intervención de la Virgen de Fátima.
“Pero gracias a Dios y nuestra Madre María, el Instituto quedó formalmente inaugurado al año siguiente y desde entonces ha continuado formando agentes activos en el ámbito eclesial y académico con el fin de ayudar a las familias”, recordó Ozoria.
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