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El sector financiero determinó cumplir con los Objetivos de la Agenda 2030


Por doctor Amín Cruz  

‘‘La globalización y el cambio tecnológico han contribuido a reducir la pobreza extrema a nivel mundial, pero la distribución desigual de los beneficios ha dejado a muchos atrás y ha socavado el apoyo a la estructura mundial.’’António Guterres 

El 19 de diciembre de 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 74/245, que designaba el 4 de diciembre como el Día Internacional de los Bancos en reconocimiento al importante potencial de los bancos multilaterales de desarrollo y otros bancos internacionales de desarrollo a la hora de financiar el desarrollo sostenible.


Asimismo, la resolución reconoce la contribución vital de los sistemas bancarios de los Estados miembros a la mejora del nivel de vida, previamente, en septiembre de 2015, la Asamblea se había marcado una serie de objetivos, en la resolución titulada “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, adoptó un amplio conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible y metas universales y transformativos, de gran alcance y centrados en las personas, con el compromiso de trabajar sin descanso a fin de conseguir la plena implementación de la Agenda a más tardar en 2030. 

En dicha resolución la Asamblea reconoce, además, que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío al que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.  

La economía mundial está atravesando por una de sus peores crisis debido a los acontecimientos más recientes, donde la humanidad está batallando con múltiples desafíos, de acuerdo a los estudios más recientes unos 30 países no pueden con su deuda externa, lo cual se ha agravado un por un estancamiento global de los mercados internacionales, una caída de la bolsa y una terrible recesión. 

Se enfrenta a nuevos retos y desafíos, uno de ellos es la llamada volatilidad financiera, unido a otros problemas de índole, político, social y ambiental que hacen más difícil lograr los objetivos que se tienen previstos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, por otro lado, no se puede dejar de lado que muchas de las entidades financieras de todo el planeta presentan un alto nivel de endeudamiento que no les permite cumplir sus compromisos debido a los cambios en el sistema monetario internacional, la Organización de la naciones Unidas afirma que cada vez es más urgente abordar los riesgos económicos y financieros sistémicos y las deficiencias estructurales que ponen en peligro la implementación de la Agenda 2030. 

Todo esto retrasa los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que en los últimos años se ha disparado la desigualdad en los salarios de los trabajadores de los países más pobres, y siguen en aumento los problemas, los factores geopolíticos, las controversias comerciales, la volatilidad de los mercados financieros y factores no económicos, como los riesgos del cambio climático, obstaculizan aún más el crecimiento, la estabilidad y el desarrollo y contribuyen al aumento de la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad afectando de manera considerable la producción económica y el desarrollo de las comunidades en todo el mundo.  

Hoy más que nunca, es prioridad examinar en profundidad la estructura financiera mundial en vías de alcanzar los objetivos que permitan ayudar a nuestro planeta y hacer frente a los múltiples problemas que hoy atravesamos, una restructuración de la llamada deuda soberana y un nuevo diseño del sistema tributario internacional pueden ser salidas viables en estos momentos de grandes cambios en los distintos sectores de la sociedad. 

 

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