En su decreto 2-21, el Poder Ejecutivo dejó sin efecto esta tarde el artículo 10 del Decreto número 740-20 del 30 de diciembre de 2020, que dispone el cese de actividades de las diferentes iglesias o denominaciones, como forma de controlar la propagación del COVID-19 en el país.
«No hace lógica mantener parques y lugares al aire libre cerrados y ahora abrir (por presión) las iglesias. La coherencia institucional es una garantía de seguridad jurídica, pero además, de respeto al sacrificio que todos intentamos hacer. La fe no requiere un templo», comentó Francisco Álvarez Martínez, quien en Twitter figura con el usuario @falvarezm88
Los comentarios negativos de los usuarios de la citada red social giran también en torno a la parte económica, al decir que lejos de la fe, la iglesia procura congregarse por el diezmo y la ofrenda, así como por el lado de la contradicción que a su juicio existe en abrir iglesias y no las escuelas.
0 Comentarios