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Monte Plata no es una letrina de la Barrick Gold

 


Mi observatorio:

POR LUIS D. SANTAMARIA

(El autor es periodista. Reside en Monte Plata)

Los ejecutivos de la minera Barrick Gold deben entender que la provincia Monte Plata no es una letrina donde la multinacional canadiense puede utilizar su territorio para depositar los desechos tóxicos contaminantes del proceso de extracción del oro.

Los monteplateños no estamos dispuestos a permitir que la empresa canadiense construya la odiosa presa de cola en esta demarcación porque eso representaría la muerte para miles de personas que habitan en la zona donde se haría el embalse.

Que se bajen de esa nube y sepan bien claro que los monteplateños estamos opuestos a la construcción de la presa por lo que les exhortamos buscar otra alternativa lejos de Monte Plata donde depositar los desechos contaminantes que pone en peligro la continuación de la vida.

La construcción de la presa de cola es decretar la muerte de miles de personas que habitan en todas las inmediaciones donde la Barrick Gold ha escogido para hacer el pretendido embalse en territorio próximo al municipio de Peralvillo, Yamasá.

Un proyecto inviable en Yamasá

El proyecto de construcción de la presa de cola de la Barrick Gold sobre el río Cuance en Yamasá es inviable por su peligrosidad y los daños ambientales a corto y largo plazo que puede provocar.

El impacto ambiental y económico de una presa de cola en Yamasá "sería catastrófico, no solo para Monte Plata, sino para el Gran Santo Domingo debido a las contaminación de los ecosistemas y sobre todo del recurso agua".

Yamasá ni ninguno de sus distritos municipales pueden convertirse en el vertedero tóxico de la Barrick Gold ni de ninguna otra empresa de explotación minera.

Los terrenos donde se pretende construir la presa de cola están ubicados entre varias fallas activas que atraviesan casi todo el territorio firme y algunas zonas marinas, lo que evidencia una alta sismicidad con probabilidades de ocurrencia de terremotos.

Esta presa de cola sería un peligro permanente para la demarcación de Yamasá, Santo Domingo y el Distrito Nacional” por la alta cantidad de desechos tóxicos que se acumularían y desbordarían la fosa donde irían a parar luego de todo el proceso de lavado para extraer el oro.

Un colapso de la presa provocaría daños irreversibles al río Ozama e Isabela, ya que todos los componentes tóxicos serían transportados por los afluentes que pudieran llegar a la costa del mar Caribe, debido a la desembocadura de los mismos en esa zona de la capital dominicana.

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