SAN FRANCISCO DE MACORIS. El Consejo Regional de Desarrollo (CRD), llamó a las autoridades y las dirigencias deportivas del país, dar paso sin titubeo y miedo alguno a las pruebas antidopajes en la práctica de los deportes profesionales y de aficionados, a fin de blindarlos frente al narcotráfico y otros males, además, para que no sea refugio de consumidores de estupefacientes corruptores de la vida deportiva.
Asimismo, la entidad considera que no sólo se debe aplicar el antidoping y alcoholímetro a los atletas, sino también a los dirigentes y propietarios de entidades deportivas, además, a todas las personas ligadas a la administración, dirección técnica, difusión y transmisión de eventos deportivos, para lograr una sociedad sustentada en valores y en la sanidad social, teniendo por eje cuerpos y mentes sanas.
El CRD quien tiene entre sus ejecutivos a Abraham Abukarma, Lincoln Minaya, Tabarè Peña, Víctor Cruz y Lorenzo Castillo, estima que el referido objetivo llama a una ruptura con la tolerancia junto a mostrar con firmeza que no se tiene el miedo del diablo a la cruz a la aplicación del antidoping, por requerirlo para la debida protección de los niños, jóvenes y adultos involucrados en las actividades deportivas.
Indica, que las acciones que sugiere implementar constituye no sólo un requerimiento actual de la sociedad dominicana, sino también, del mundo de la transparencia y de los avances éticos y disciplinarios alcanzados por los deportes a nivel mundial.
Entiende, que en dicho propósito se hace necesario consolidar comisiones de éticas y disciplinarias, las cuales deben tener por principal misión trazar pautas y controles a todos los niveles, que incluyan sin excepción alguna, a los dueños de entidades deportivas, directivos y personal, los fanáticos y a todos los actores.
Ve de gran importancia la creación e implementación de códigos éticos y disciplinarios junto a un reglamento operativo de la dirección de los órganos éticos y disciplinarios, con la finalidad de sustentar mejores conductas, además, para conducir las diversas estructuras deportivas hacia la ruta que les requiere la sanidad social, a fin de acoplarnos no sólo con las técnicas avanzadas de los países más desarrollados, sino también, con la estricta ética y disciplina que ellos ejecutan.
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