Cadete graduado de Oficial de la Policía llora tras concluir acto de su investidura porque su padre no pudo acompañarle por estar enfermo


SANTO DOMINGO, RD.-El cadete Maikol Severino Mejía, graduado con honores como oficial egresado de la Academia de entrenamiento de la Policía Nacional, en el distrito municipal de Hatillo , San Cristóbal, cuando concluyó el acto en el que también 29 compañeros se graduaron, sus ojos se llenaron de lágimas al preguntarse porqué después que su padre lucho tanto, no pudo acompañárle el pasado viernes, al acto el cual fue presidido por el Presidente Luis Abinader.

Severino Mejía tiene 25 años y recibió también el "Mérito al Honor", quien al recibir cada uno de los cuatro reconocimientos que se le entregaron caminaba con la disciplina que le enseñan en la escuela de cadetes sin dejar relucir la tristeza de que recientemente su papá, que es diabético e hipertenso, tuvo un preinfarto y salió hace poco de un hospital, relató a uno de los redactores del periódico Listín Diario. 

De un pueblito de San Pedro de Macorís que se llama "La Cervecería" salió hace cuatro años este joven con la ilusión de enorgullecer a su familia, pero sobre todo inspirado por su papá quien es un policía retirado. 

Por eso, cuando Listín Diario conversaba con él su voz se entrecortó siendo sus palabras exactas "mi papá y mi mamá son mi todo... Tantos sacrificios que hice y hoy él no está aquí para verlo en persona". 

Severino Mejía hablaba cabizbajo, pero agradecía a Dios porque toda su lucha valió la pena y su madre también lo dejó saber con lágrimas en el acto, donde todas las madres de los 30 jóvenes le entregaron el anillo. 

El ahora licenciado en Ciencias Policiales, a partir de este momento aplicará los valores que le enseñaron en la escuela de cadetes como la disciplina, el conocimiento y el respeto. 

"Estoy muy orgulloso de mí mismo, porque en la Policía me enseñaron a mejorar físicamente, psicológicamente y de forma intelectual y a tomar mejores decisiones en cualquier situación de la vida", expresa. 

Severino Mejía cierra su conversación con Listín Diario con una reflexión: "Esto se estudia por vocación de servicio, por nuestro país, no por dinero". 

En la misma carpa blanca en que este medio hablaba con Severino, se escuchaba a las madres hablar sobre el gran orgullo que sienten por sus hijos y del sacrificio económico que les conllevó que pudieran graduarse. 

Los graduandos eran de Los Frailes, Sabana Perdida, Villa Isabela de Puerto Plata, San Pedro de Macorís, Hatillo de San Cristóbal, San Francisco, La Vega y otras zonas del país. 

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