728x90


En víspera de su ejecución acusada matar a de dos años, dice no temer a la muerte, sino al sufrimiento de sus 13 vástagos


Gatesville, Estados Unidos9EFE).-
Melissa Lucio, que ha sufrido toda una vida de abusos por parte de familiares y de sus parejas, lleva desde 2008 en el corredor de la muerte acusada de matar a su hija de dos años, un crimen que ella dice nunca cometió. Pese a sus duras circunstancias y su ejecución inminente, esta madre latina sólo piensa en el sufrimiento de sus trece hijos.

Melissa (53 años) alega que no mató a su hija Mariah de una paliza, como afirman las autoridades, sino que la niña, que sufría de una malformación en los pies, se cayó por unas largas y empinadas escaleras de acceso a su apartamento mientras ella preparaba una mudanza a su nueva residencia.

Desde la cárcel de Mountain View, tras una pantalla de vidrio y rodeada de rejas, Lucio insiste que justo después de la muerte de Mariah, la policía la interrogó agresivamente durante horas sin la presencia de abogados hasta que, exhausta, decidió decirles lo que "ellos querían oír". "Pero yo no lo hice", repite. 

Pregunta: Háblanos de ti y de cómo creciste.

Respuesta: Tuve una infancia muy dura. Sufrí muchos traumas porque abusaron sexualmente de mi. Fui testigo de mucha violencia entre mi madre y mi padrastro. Mientras crecía, me sentía intimidada por la forma en la que mi madre era tratada por los hombres. Siempre me dije que nunca permitiría que alguien abusara de mí igual que le pasó a mi madre. (...) Las mujeres deben ser bien tratadas, con amor y respeto, pero nunca vi que mi madre recibiera eso de ninguno de los hombres de su vida. Eso fue muy difícil para mí, así que me aislé de los amigos y la familia. Para mí era muy, muy difícil fiarme de los hombres, pero a la vez sabía que algún día tendría que hacerlo si quería casarme y tener hijos.  

P: Cuando tu marido te empezó a maltratar, ¿cómo reaccionaste?

R: Lo primero que me pasó por la cabeza es que no podía creer que el ciclo se estaba repitiendo. Era un patrón, porque mi madre lo había pasado y ahora me estaba pasando a mí. Pero tenía miedo de acabar sola cuidando de mis hijos. Intenté hacer todo lo posible por no convertirme en una víctima, (...) y durante muchos años intenté hablar (con mi marido) para intentar entender qué le estaba llevando a hacer lo que hacía. Pero nunca me dio una respuesta. Traté de analizar mis circunstancias, porque no quería volver a casa y terminar siendo un fracaso. No quería que mi madre me dijera "te dije que no te casaras, te dije que no tuvieras tantos hijos". Toda mi vida se me ha juzgado, se me ha ridiculizado... 

P: ¿Cómo te describirías como madre?

R: Como (una madre) amorosa, paciente, comprensiva, afectuosa... Trataba de hacerlo lo mejor posible, siendo madre soltera durante muchos años en mi matrimonio. Fue muy duro. Durante mi niñez, mi madre no nos mostraba afecto ni a mi ni a mis hermanos. No quería repetir ese ciclo, yo quería que mis hijos me vieran, pese a mis fracasos, como una persona amorosa y paciente con ellos.

P: ¿Cómo te organizabas con más de diez niños?

R: Te aseguro que no fue un camino de rosas. Fue muy duro y en ocasiones muy frustrante. O sea, la gente lo pasa mal con un niño, con dos, imagina con doce a la vez, y tener que cocinar, limpiar, bañarles, prepararles para el colegio... Pero sabía que era mi responsabilidad hacerlo lo mejor posible e intentar mostrarle a mis hijos que aunque lo estuviera pasando mal, me esforzaba por ser la madre que necesitaban en esos momentos.


Publicar un comentario

0 Comentarios