Por Jaime Vargas
SociĆ³logo y empresario dominicano en NYC
Aunque cerca del 12% de la poblaciĆ³n de la ciudad de Nueva York es de origen dominicano, nuestra comunidad no cuenta con un senador estatal que la represente en esta determinante cĆ”mara legislativa.
En las pasadas primarias demĆ³cratas, la comunidad dominicana tuvo una magnĆfica oportunidad de elegir con su voto, al menos, dos senadores: Ćngel VĆ”squez y Miguelina Camilo.
Pero un conjunto de factores, entre ellos una despiadada y focalizada campaƱa sucia en contra de VƔsquez, impidieron que esto sucediera.
Aunque desde el principio se sabĆa que VĆ”squez era el candidato underdog (con pocas posibilidades de ganar) de la contienda, un grupo de lĆderes polĆticos dominicanos -con el respaldo de lĆderes afroamericanos y judĆos- se echaron al hombro a este joven educador egresado de Cornell.
¿Por quĆ© lo hicieron? Por la sencilla razĆ³n de que el mapa del distrito senatorial 31 cambiĆ³. Ahora el mapa es un 67% hispano, y la gran mayorĆa dominicano. Por lĆ³gica, este distrito merece que un hispano lo represente.
Robert Jackson tenĆa todo a su favor para ganar las primarias: es el incumbente, y un polĆtico conocido desde hace mĆ”s de 20 aƱos.
VĆ”squez, por su parte, tenĆa todas las de perder: era prĆ”cticamente un desconocido. Pero contaba con el respaldo de uno de los liderazgos mĆ”s sĆ³lidos y poderosos de NYC: el congresista Adriano Espaillat, el arquitecto del ascenso del poder polĆtico dominicano.
Con el respaldo de Espaillat y de los principales lĆderes polĆticos dominicanos, las posibilidades de VĆ”squez de llegar al Senado Estatal aumentaron de una manera tan abrumadora que Jackson recurriĆ³ al mĆ©todo mĆ”s infame para permanecer en el poder: la campaƱa sucia.
Una campaƱa sucia contra el joven VĆ”squez tan asquerosa como despiadada, que al parecer logrĆ³ confundir a muchos votantes que, o no salieron a votar, o solo votaron por la reelecciĆ³n de Espaillat y dejaran la casilla de VĆ”squez sin llenar.
El que Jackson se haya valido de una campaƱa sucia para demonizar a un joven dominicano no debe sorprendernos. Jackson tiene un amplio historial en contra de nuestra comunidad.
Basta recordar que votĆ³ en contra de que en el Distrito 6 se estableciera un currĆculum sobre la Historia y Cultura Dominicanas. AdemĆ”s, votĆ³ en contra de que las escuelas de la comunidad dominicana llevaran los nombres de figuras histĆ³ricas de Quisqueya.
O sea, se opuso a la Gregorio LuperĆ³n, SalomĆ© UreƱa, Hermanas Mirabal y Juan Bosch. La Juan Pablo Duarte se salvĆ³ de su antidominicanismo porque esa escuela se bautizĆ³ con el nombre del Padre de la Patria antes de que Jackson llegara a la junta de educaciĆ³n de entonces.
Lo que sĆ nos sorprendiĆ³ es que miembros prominentes de nuestra comunidad se hayan prestado, no a apoyar a Jackson (con todo su derecho), sino a hacer campaƱa en contra de un dominicano.
Nos sorprendiĆ³ ver, por ejemplo, a Lara Flores y a Miguel Estrella llamar a votar en contra de un dominicano, conociendo ellos el historial antidominicano de Jackson, y siendo ellos representantes y del Instituto Duartiano, una entidad que vela por nuestra dominicanidad.
Pero mĆ”s sorprendente aĆŗn fue ver a Carmen Rojas pedir el voto por Jackson, ella que es una lĆder de nuestras escuelas y conoce a fondo el historial de Jackson en contra de los dominicanos.
Si la comunidad dominicana quiere aumentar y preservar su poder polĆtico, debe aprender de lo que sucediĆ³ en estas pasadas primarias demĆ³cratas.
Conociendo el compromiso del congresista Espaillat y de muchos de nuestros lĆderes, de fortalecer y afianzar el poder polĆtico dominicano, la comunidad debiĆ³ echarse en hombros a estos dos jĆ³venes profesionales, de sobrada preparaciĆ³n, para que nos representaran en el Senado Estatal.
Espaillat ha sabido representar a su distrito diverso con una enorme dignidad y una capacidad de trabajo tan sobrehumana que no tenemos cĆ³mo pagarle.
La comunidad dominicana debe aprender algo que Espaillat sabe desde hace aƱos: que con el poder del voto que tiene, si lo ejerce, serĆa una comunidad imparable.
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