Por Felipe Medrano
SANTO DOMINGO.-Los Clubes Deportivos y Culturales, emergieron como flor de loto de los barrios populares del Distrito Nacional en los inicios de la década de 1960, desde sus orígenes realizaron y continúan desarrollando en la actualidad, una extraordinaria labor social, que por mandato constitucional corresponde ejecutar al Estado dominicano.
Como organizaciones sin fines de lucro, sin un respaldo económico y logístico sostenido de los diferentes gobiernos de turnos, administradores del Estado dominicano, con incalculables sacrificios personales de sus principales dirigentes, la gran mayoría de sus líderes históricos ya fallecidos, otros ancianos que aún continúan vivos en medio de grandes precariedades, los Clubes Deportivos y Culturales han logrado mantenerse activos realizando una encomiable función social.
Rascándose con sus propias uñas, pero tan firmes como la sólida muralla que bordea la zona colonial de la ciudad capital, los Clubes Deportivos y Culturales, tal y como certeramente los definió el inolvidable ingeniero Roque Napoleón Muñoz, son los pulmones a través de los cuales nuestros barrios respiran aire puro. Hoy ha llegado el momento apropiado para que la memoria histórica y la extraordinaria labor social de estas organizaciones y sus dirigentes fundamentales, sea oficialmente reconocida y gratificada por el Estado dominicano.
Fue la Primera Conferencia Distrital de Clubes, celebrada por la Asociación de Clubes del Distrito Nacional (Asocludisna), el 7 de diciembre de 1975 en el Centro Social Obrero, donde se aprobó la resolución de solicitar al presidente de la república la declaratoria del Día Nacional de los Clubes Deportivos y Culturales, como homenaje póstumos a los cinco miembros del Club Héctor J. Díaz, asesinados el 9 de octubre de 1971. Posteriormente, en el mes de marzo del año 1976, el Primer Encuentro Nacional de Clubes, el más grande e importante evento del movimiento clubistico nacional, refrendó como esta resolución y la hizo suya, declarando ese día como el Día Nacional de los Clubes Deportivos y Culturales.
Es propicia la ocasión para que este próximo 9 de octubre, el Presidente Luis Abinader de inicio al proceso de rescate de la memoria histórica y la dignificación de la función que realizan y continúan realizando los Clubes Deportivos y Culturales en toda la geografía nacional. El presidente Luis Abinader ha sido hasta la fecha, el único presidente que ha comprendido, valorado y reconocido públicamente en su justa dimensión, la importancia y los grandes y valiosos aportes de estas peculiares organizaciones populares.
Cabe destacar que desde su surgimiento hasta la fecha, casi todos los expresidentes ignoraron la existencia de los Clubes Deportivos y Culturales, durante los 12 años de gobiernos de Joaquín Balaguer fueron tildados de nidos y células comunistas, sobre sus dirigentes devino la más cruel y sangrienta represión, muchos de ellos fueron apresados, torturados y asesinados, locales y bibliotecas de los clubes fueron quemadas por facinerosos adeptos a ese nefasto régimen.
La primera vez que desde un estamento del Estado dominicano hubo un reconocimiento público acerca de la importancia de estas organizaciones, fue el 9 de octubre del año 1982, cuando producto de una brillante iniciativa del poeta Tony Raful, quien como diputado y amigo del doctor Hugo Tolentino Dipp, Presidente de la Cámara de Diputados, lo motivó para que en nombre y representación de ese importante órgano legislativo, se hiciera y publicara como espacio pagado en los periódicos nacionales, un mensaje de salutación con motivo del Día nacional de los Clubes Deportivos y Culturales.
El texto íntegro, calzado con la firma del doctor Hugo Tolentino Dipp y publicado decía íntegramente lo siguiente:
“Cámara de Diputados de la República Dominicana, a los Clubes Culturales en su Día. La Cámara de Diputados hace de público conocimiento a los Clubes Culturales y Deportivos en la celebración de su fecha conmemorativa, hoy 9 de octubre.
Considera esta Cámara que dichas organizaciones constituyen núcleos de alto valor ciudadano, en los cuales la juventud fomenta actividades de sano desarrollo físico y espiritual.
Cabe destacar que los clubes populares son también importantes órganos de servicio comunitario, desde donde se combaten los vicios, el analfabetismo y la precariedad de servicios públicos básicos.
Como entidades emergentes del mismo seno del pueblo, los Clubes Culturales y Deportivos hacen honor a su origen, brindando a la población el fruto de un esfuerzo que deriva en la forja de mejores ciudadanos para una mejor sociedad”.
La segunda ocasión que hubo un reconocimiento público de importancia desde el Estado dominicano, fue el 5 de octubre del año 1984, cuando el entonces presidente de la República Dominicana, el doctor Salvador Jorge Blanco, emitió el Decreto Presidencial 2402, mediante el cual se institucionalizó el 9 de octubre de cada año como el Día Nacional de los Clubes Deportivos y Culturales.
La decisión del presidente Jorge Blanco fue muy valiosa y significativa, pero con el agravante de que en sus considerandos el referido Decreto Presidencial, por no herir la susceptibilidad del General (R) Braulio Álvarez Sánchez, su entonces Asesor Militar y padre del Teniente (PN) Virgilio Antonio Álvarez Guzmán, acusado en 1971 del cruel asesinato de los cinco miembros del Club Héctor J. Díaz, se cometió el gravísimo error de distorsionar la historia del movimiento clubistico dominicano y la naturaleza de su pedimento.
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