Por un pacto de equidad y justicia entre el Estado Dominicano y la diáspora


Por Ramón Mercedes

NUEVA YORK.- Las remesas hacia la RD por parte de los dominicanos residentes en el exterior superan hasta la fecha los 7 mil millones de dólares, un 5.1% más de las recibidas para el mismo periodo el pasado año, por lo que se prevé que al cierre del 2004 superará los dos dígitos, para beneficio de los más empobrecidos y desatendidos por el estado nacional.

El criterio es del dirigente de izquierda en esta ciudad, Luis Mayobanex Rodríguez, quien en documento de prensa sostiene que los hogares dominicanos encuentran un 40% de sus ingresos anuales, lo que resulta ser un factor esencial contra el hambre y la pobreza de millones de connacionales en el país caribeño. 

El Banco Central de la RD (BCRD) informa que durante el año 2023 las remesas recibidas alcanzaron US$10,157.2 millones, aumentando 3.1 % en comparación con el año anterior, en línea con las proyecciones de la institución. 

El aguerrido dirigente político y comunitario asume que durante su nueva visita a esta ciudad este fin de semana, el presidente Luis Abinader “volverá a recordarnos el valor que tienen nuestros migrantes, sus grandes, desinteresados aportes económicos y su amor a la patria”. 

“Y así la historia se repetirá el año que viene sin beneficios tangibles y sustantivos para nuestras comunidades en ultramar”, asegura Mayobanex Rodríguez. 

“Durante los últimos 10 años he defendido una agenda, con la colaboración de otros activistas políticos y comunitarios, que pretende beneficiar a nuestras comunidades y doblarle el brazo a un Estado, cual sea el gobierno que le administre, indolente y abusivo”, señala. 

“En ese contexto, he planteado al gobierno central tomar la iniciativa de aperturar una mesa de diálogo comunitario que permita consensuar una agenda y la firma de un “Pacto por la Paridad Constitucional y los Derechos de la Diáspora Dominicana”. 

De entrada, esta propuesta pretende construir una relación de derechos y deberes, equidad y justicia entre el Estado y nuestras comunidades, indica. 

Un espacio así sería ideal para, entre su variedad temática, abordar a profundidad todo lo relacionado al tema remesas, para de esta manera, por ejemplo, buscar adjudicarles un contenido más productivo y no reducirlas a las urgencias del consumo. 

El proceder abúlico del actual gobierno, y de los recién pasados, no les ha permitido siguiera tomar medidas para rebajar los gastos de envío de las remesas, el cual, según estudios, tiene un costo de 6.79%, que de reducirse a un 3% significaría 380 millones de dólares en ahorro para los “remesadores”. 

De hecho, el valor futuro y significado de su cuantía para países isleños como RD hay que ir sometiéndolos a consideración, porque el arraigo familiar y social de las nuevas generaciones descendientes del emigrado dominicano, no será igual. 

En tal sentido, el Estado dominicano debe de tener una visión de más largo alcance dirigida a nuestros descendientes, muchos de los cuales verán a nuestro país como un punto turístico más.

A lo dicho hay que agregar que por nuestra situación de país isleño del Caribe sin frontera terrestre con EE. UU. y por los tremendos cambios que conoce el mundo en la ciencia y la tecnología, las manos de obra que seguirán requiriendo países altamente desarrollados serán muy calificadas, las cuales, por tanto, no procederán de países de bajos niveles de desarrollo y con serios déficits en el ámbito de la formación y educación como es el caso nuestro.

Asuntos como estos deberían de estar en el programa del presidente Abinader en su próxima visita a nuestra comunidad, no tan solo las reuniones con sus funcionarios y compañeros de partido y quizás anunciar otro Consejo de Gobierno.

 

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