El proyecto de Ley de Partidos Políticos está en manos de una comisión bicameral que no logra avanzar en los artículos neurálgicos de siempre como el límite de los aportes individuales a los partidos, regulación de las campañas electorales interna y su organización por parte de la Junta Central Electoral (JCE), el padrón de electores, transfuguismo, clientelismo y otros donde no se avizora consenso.
El fantasma de que la pieza legislativa sea engavetada nuevamente se mantiene latente.
Sus fundamentos son irrefutables.
Ningún proyecto de ley como de Partidos y Agrupaciones Políticas ha suscitado más respaldo de los principales sectores nacionales en los últimos 20 años. Y ninguno ha recibido un boicot más contundente de la élite política para evitar su aprobación, aunque propaga a los cuatro vientos que también lo apoya.
Desde el 1999, los partidos dominantes, el de la Liberación Dominicana (PLD), que controla el Congreso desde 2006, y el viejo Revolucionario Dominicano (PRD), que tuvo ese control en el período 1998-2006, en componenda con el Reformista Social Cristiano (PRSC), han abominado un sinnúmero de proyectos de ley.
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