SANTO DOMINGO.-Las operaciones mineras
constituyen un ciclo que concluye con el cierre y en que las empresas
beneficiarias están llamadas a implementar una visión de desarrollo sostenible
que permita no solo generar riquezas durante la explotación como tal, sino a
restaurar totalmente el área afectada, expresó Circe Almánzar, vicepresidente
ejecutiva de la Asociación de Industrias de la República Dominicana.
Almánzar indicó que, en el
caso dominicano, Falcondo ha concluido ese ciclo en un área en que operó desde
el 1991 hasta el 2007, situada a 5 kilómetros al sur de la ciudad de La Vega,
conocida como Loma Ortega.
La presentación central
estará a cargo de Edwin Deveaux, vicepresidente de Falcondo.
El plan de cierre de una
mina inicia desde que comienzan las operaciones y constituye un instrumento de
gestión ambiental que contempla las medidas necesarias antes, durante y después
del cierre de las operaciones. Su propósito es eliminar y controlar cualquier
efecto adverso al área utilizada por la actividad minera y lograr que el
sistema regenerado o restaurado sea compatible con un ambiente saludable,
adecuado para el desarrollo biológico y que preserve e incluso mejore el
paisaje.
“Todo esto se logró en el
Plan de cierre de las operaciones de Falcondo en Loma Ortega. Conocerlo nos
permitirá tener información sobre el ciclo minero, sobre sus aportes a la
economía y a las comunidades, sobre sus capacidades para operar en cualquier
zona. La minería, como otras actividades productivas, no está sola: tiene una
vigilancia mundial, fruto de una legítima preocupación por el medio ambiente”,
indicó Almánzar, quien señaló que el desayuno temático constituye una forma de
compartir experiencia pero también –de algún modo- una forma de informar a la
sociedad de cómo operan las empresas mineras.
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