Mientras se lleva a cabo la autopsia del cuerpo del menor, las autoridades adelantaron que “la caída libre [de Julen] llegó hasta los 71 metros y se topó con un suelo de tierra”. Agregaron que la caída del niño fue “rápida”, según los primeros resultados de la autopsia.
¿Cómo sucedió el accidente?
El 13 de enero, uno de los parientes del pequeño vio cómo Julen, que estaba jugando con otro menor en la finca rural de un familiar, se precipitaba por un pozo de agua de 107 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro. Inmediatamente, los padres alertaron a las autoridades, que organizaron en la zona un despliegue con más de un centenar de efectivos.
Primeros indicios
En una de las primeras incursiones en el agujero, la cámara de un robot visualizó una bolsa de golosinas a 78 metros de profundidad que posiblemente se quedó enganchada durante la caída del pequeño. El miércoles pasado, Gómez de Celis comunicó que habían hallado pelo del menor en el interior del pozo.
Demasiados contratiempos
Este lunes terminaron los trabajos de perforación de un túnel vertical de 60 metros de profundidad paralelo al pozo, los cuales se ralentizaron debido a que los operarios se toparon con vetas de roca. Posteriormente, los mineros excavaron una galería horizontal de aproximadamente cuatro metros para conectar ambos conductos y llegar hasta donde se encontraba el menor.
Para acelerar el avance de la excavación, que se complicó por la dureza del terreno, especialistas de la Guardia Civil también bajaron al lugar para colocar explosivos y efectuar al menos cuatro microvoladuras.
El proceso de realizar cada microvoladura duró dos horas. Excavar los agujeros especiales —tarea realizada por los mineros—, colocar los explosivos, subir y detonarlos se prolongó una hora y media. Se necesitó otra media hora para introducir oxígeno y evacuar el aire contaminado, según explicó el portavoz de la Guardia Civil, Jorge Martínez, ante medios locales.
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