La COVID-19 es una enfermedad contagiosa que cualquiera puede contraer si está en contacto con una persona infectada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que esta enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las pequeñas gotas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala.
Dichas gotas caen sobre los objetos y superficies, de modo que si otras personas los tocan y luego se llevan las manos a los ojos, la nariz o la boca, pueden infectarse.
BESARSE, UNA ACCIÓN DE ALTO RIESGO.
También pueden contagiarse si inhalan las gotas que haya esparcido una persona con COVID-19 al toser o exhalar. “Por eso es importante mantenerse a más de un metro de distancia de una persona que se encuentre enferma”, advierte esta entidad.
“Las relaciones sexuales implican un contacto íntimo a muchos niveles entre dos personas. Es una situación con un grado de exposición muy elevado, por tanto, la infección es posible si una de las dos personas está contagiada”, manifiesta Juan Ignacio Martínez Salamanca, médico adjunto del Servicio de Urología del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid, España) y director médico del Instituto Lyx Urología.
El facultativo indica que el virus se localiza principalmente “en la cavidad orofaríngea y nasofaríngea de una persona contagiada. La transmisión puede ser directa, si la otra persona se encuentra lo suficientemente cerca, o indirecta, a través de superficies en las que se ha demostrado que el virus puede sobrevivir”.
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