Por RamĂ³n Mercedes
NUEVA YORK.- Diferentes negocios en esta ciudad, llĂ¡mense supermercados, bodegas, tiendas, farmacias, y vendedores ambulantes, estĂ¡n sintiendo el peso de la ola de robos a cualquier hora del dĂa y en presencia de empleados y clientes, que a veces resultan sangrientos.
Uno de estos negocios, perteneciente a una cadena nacional, la farmacia Ride AID, ubicada en el 1510 de la avenida Saint Nicholas, esquina con la calle 186, en el Alto Manhattan y con mĂ¡s de 20 años de servicio, cerrarĂ¡ sus puertas prĂ³ximamente debido a los constantes robos por parte de individuos que cometen sus fechorĂas en presencia de todos.
Asimismo, frente a los agentes de seguridad de los establecimientos que cuando intentan frenar algĂºn robo son enfrentados violentamente con armas blancas y en algunos casos resultan heridos.
Este reportero, despuĂ©s de recibir la denuncia de la farmacia, acompañada de un video, estuvo en el establecimiento, pero su manager prohibiĂ³ tomar fotos o grabar en el interior los desabastecimientos de las gĂ³ndolas.
“Es cierto, vamos a cerrar porque los ladrones no dan tregua, y roban de manera violenta, mire como estĂ¡ la farmacia de vacĂa”, nos dijo un empleado, no queriendo identificarse.
Otra farmacia, ubicada en Broadway con la esquina de la calle 178, en el mismo vecindario de Washington Heights, pasa por la misma situaciĂ³n, pero ahĂ logramos tomar algunas fotos donde se observan tambiĂ©n gĂ³ndolas de medicinas y productos vacĂas por causa del robo, pero estos no piensan cerrar, nos informĂ³ un empleado que tambiĂ©n prefiriĂ³ no identificarse.
EstadĂsticas recientes de la PolicĂa establecen que el robo en pequeños negocios ha aumentado un 23.3% en la Gran Manzana.
El multimillonario John Catsimatidis, presidente de la cadena de supermercados “Gristedes y D’Agostino Foods”, considerado de los mĂ¡s grandes en la Gran Manzana por contar con mĂ¡s de 31 negocios y muchos de ellos afectados por la situaciĂ³n, tener mĂ¡s de 100 años de existencia y mil empleados solo de origen hispano, demandĂ³ reciente de las autoridades ponerle fin a la situaciĂ³n.
No considera “justo” que no mĂ¡s de 2,000 delincuentes puedan mĂ¡s que toda una ciudad, en donde casi la totalidad de sus habitantes son personas honestas y trabajadoras, aseverĂ³.
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