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¿Por qué el ajedrez en las Escuelas?

Profesor Braulio Ramírez

En los últimos años la Federación Internacional de Ajedrez FIDE se ha centrado en llevarlo a las aulas como recurso pedagógico, afirma el profesor Braulio Ramírez, “el ajedrez aporta innumerables habilidades cognitivas a los niños, como el pensamiento autocrítico, el control del primer impulso, la empatía y el pensamiento flexible, entre otras”. 

El Deporte Ciencia Ajedrez Rey de los juegos de Estrategias como Herramienta pedagógica Tiene todas las cualidades para convertirse en una excelente herramienta para el aprendizaje: está de acuerdo con el diseño curricular, responde adecuadamente a los objetivos generales que se consignan en el y se enseña jugando, con los grandes beneficios que la libertad de un juego otorga. El instinto de jugar es exclusivo para el hombre y su desarrollo. 

Con el trabajo que viene realizado Ángel Hernández Ministro de Educación, Alberto Rodríguez Mella Director Ejecutivo del INEFI y Pedro Domínguez Brito Presidente de la Federación Dominicana de Ajedrez, si mantenemos este ritmo de trabajo llevando ajedrez a nuestras escuelas y colegios, tendremos mejores estudiantes (en especial en las ciencias exactas) y seres más útiles para la patria. 

Destacados investigadores reconocen los múltiples beneficios que brinda el ajedrez en las áreas del desarrollo de la capacidad intelectual y de las habilidades de inteligencia emocional. Afirman que el milenario deporte constituye una herramienta para el mejoramiento del coeficiente intelectual y el rendimiento escolar de los niños y jóvenes que lo practican.  

 

Atención y concentración: esta es una de las capacidades que más rápidamente promueve el ajedrez. El desarrollo de una partida puede ser arduo, con múltiples alternativas y dentro de un límite de tiempo significativo. Un descuido puede contribuir a realizar jugadas erróneas que conllevan al fracaso. El ajedrecista debe mantener un altísimo grado de concentración durante el juego, lo cual se llega a manifestar en otras áreas de su vida. 

 

Análisis y síntesis: Durante la partida el jugador se enfrenta en cada jugada a múltiples opciones y a la necesidad de contrarrestar las amenazas del contrario. Esto implica que deba analizar varias respuestas y buscar la más apropiada. 

 

Memoria: debido a la multiplicidad de variantes que se calculan en cada jugada, una buena memoria es un aliado muy importante para el ajedrecista. Muchas de las repuestas pueden basarse en la experiencia o el conocimiento del jugador de posiciones similares jugadas en otras partidas y para eso es necesario recordarlas. 

 

Resolución de problemas y toma de decisiones bajo presión: durante la partida, el ajedrecista enfrenta diferentes problemas para los que debe definir y aplicar una estrategia de solución. Como el tiempo es un factor limitante en las partidas, deben también tomarse importantes decisiones sobre la estrategia a seguir bajo la presión del tiempo. 

 

Creatividad e imaginación: en el ajedrez no es suficiente tratar de seguir patrones de jugadas estudiadas o practicadas. A fin de lograr ventajas claras sobre su oponente, el ajedrecista debe imaginar posiciones distintas a las conocidas, y definir estrategias que le permitan llegar a ellas. 

 

El razonamiento lógico-matemático: el tipo de razonamiento empleado en el ajedrez es similar al utilizado en las matemáticas. Algunas investigaciones han mostrado una importante correlación entre la práctica del ajedrez y el mejoramiento de las habilidades lógico-matemáticas, fundamentalmente en los niños y jóvenes. 

 

El ajedrez también desarrolla a las habilidades e inteligencia emocional, Control emocional: el desarrollo de una partida requiere de un alto grado de control emocional. Un jugador no puede dejarse llevar por la ira o la frustración ante una mala jugada, pues tal vez no logre recuperarse. Cuando comete un error, debe actuar de forma fría para que el oponente no lo perciba y definir una nueva estrategia para sobreponerse. El ajedrez también permite aprender a controlar los sentimientos de frustración cuando se pierde y convertirlos en energía positiva para afrontar el próximo reto. 

 

Sentido de transparencia y adaptabilidad: para jugar ajedrez se requiere darle seguimiento a una serie de reglas técnicas cuyo incumplimiento es penalizado. Tampoco el jugador puede culpar a otros de sus deslices. Son sus propias capacidades y acciones las que determinan su desempeño. El jugador debe aprender a ser íntegro consigo mismo y con quienes le rodean. El ajedrez promueve la honestidad. Durante una partida se presentan situaciones inesperadas, que exigen al jugador adaptar sus estrategias de acuerdo con la nueva situación en el tablero. 

 

Sentido de logro y autoestima: el ajedrez es un combate mental donde el dominio del carácter es importante para ir subiendo el nivel de juego mediante el estudio, esfuerzo y práctica. La suerte no es un factor de marcada incidencia. Es el mejoramiento de las habilidades y los conocimientos técnicos del jugador lo que contribuirá a su superación. Esto hace que conforme mejore en el juego, incremente su autoestima y adquiera más confianza para aprender y enfrentar otras situaciones. 

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