La víctima, es Miguel Peguero, de 33 años, se dirigía con su familia a sus labores de abogado, cuando fue sorprendido por unos individuos que lo atracaron reclamándole que le entregara el dinero y sus pertenencias, a lo que accedió pasándole la cartera y el celular.
Los antisociales, sin embargo, querían más y le entraron a cuchilladas, mientras su esposa trataba de pedir ayuda. Pasaron unos momentos antes de que el hombre fuera socorrido por unos lugareños que, de inmediato, lo llevaron al hospital Vinicio Calventi. Pero ya era tarde: Miguel había muerto.
Ahora, sus familiares, amigos y vecinos lo recuerdan como lo que fue: un hombre de bien, laborioso y honesto, que iba a la iglesia y nunca en su vida tuvo problema con nadie.
Se había mudado recientemente al barrio, donde con mucho esfuerzo logró adquirir una mejora para el bienestar de su familia, sobre todo de su hijita que ahora queda en la orfandad.
Su esposa, Maximina Familia, al igual que sus parientes exigen justicia en el caso y que los responsables paguen por su crimen.
El cadáver de Peguero está en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), donde se le practican los exámenes correspondientes, y luego será entregado a sus familiares para fines de velatorio y cristiana sepultura.
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