El caos en el tránsito,
principalmente en las denominadas horas-pico, se ha convertido en principal
dolor de cabeza para los habitantes del Distrito Nacional y la provincia de
Santo Domingo, principalmente los automovilistas, la clase trabajadora y
estudiantes de colegios, escuelas públicas y universidades.
Los taponamientos en el tránsito cada
vez peores, además de las pérdidas económicas por consumo de combustibles,
degrada la calidad de vida de los ciudadanos que se desplazan a diario por
calles, avenidas y autopistas para llegar a sus centros laborales.
La problemática, también afecta de
manera considerable la productividad de las empresas y calidad de los servicios
públicos, principalmente los hospitalarios y de las oficinas públicas.
Los más afectados son los residentes
en las poblaciones ubicadas en las periferias de la provincia de Santo Domingo,
tales como los municipios Santo Domingo Este, Norte, Oeste, Los Alcarrizos y
Pedro Brand, muchos de los cuales deben madrugas para llegar a tiempo a sus
destinos.
El caos en el tránsito, el cual
tiende agudizarse en la medida en que nuevas unidades vehiculares se incorporan
a la gran flotilla pública y privada, también mengua la calidad de vida de
transportistas y pasajeros.
El desplazamiento por las principales
vías de ambas ciudades en las denominadas horas-picos, o sea de mayor
circulación vehicular, se ha convertido en principal dolor de cabeza para los habitantes de dichos núcleos
poblacionales, quienes imponentes observan como parte de su salario se pierde
por consumo de combustible en medio de los taponamientos en el tránsito.
Como los embotellamientos en el
tránsito más largos se producen en
horarios de 7:00 a.m a 8:30 y de 5 a 8 de la noche, muchos automovilistas cada
día tratan de ingeniársela como forma de ahorrar combustibles y librarse del
hastío que representa permanecer por largo tiempo atrapado sen la hileras de
vehículos en las principales calles y avenidas que intercomunican al Gran Santo
Domingo con el Distrito Nacional, muchos ciudadanos han optados por levantarse
más temprano de lo acostumbrados para emprender viaje hacia su destino.
En principio ese cambio de hábito les
dio resultado, pero en la medida en que eso se fue popularizando, también la
formación de los taponamientos varió, formándose desde las 5:30 de la mañana en
las vías que comunican los municipios de la provincia Santo Domingo con el
Distrito Nacional donde se concentra el mayor grueso de trabajadores del país.
Desde las 5:30 de la mañana de lunes a viernes se comienza a observar el
gran desplazamiento de vehículos hacia el centro de la ciudad procedente de los
municipios que conforman la provincia Santo Domingo y de las distintas regiones
del país.
Los mayores congestionamientos
vehiculares se producen a las entradas a la ciudad en los puentes Profesor Juan
Bosch, Francisco del Rosario Sánchez (El de la 17), el denominado de La
Bicicleta, el Colgante sobre el río Ozama y el Antiguo Francisco J. Peynado, así
como en las Autopistas Seis de Noviembre, en la intersección de la avenida 27
de Febrero con Isabel Aguiar (Pinturas) y en el kilómetro 9 de la Autopista
Duarte.
Se calcula en millones de pesos las
pérdidas generadas por el congestionamiento del tránsito, solo en consumo de
combustible, porque las empresas son perjudicadas económicamente con el retraso
que a diario se produce en la llegada de muchos de sus empleados.
Especialistas en materia de tránsito
terrestre, consideran que la solución a esa grave problemática no sería
complicada para el gobierno, en caso de que se lo propusiera, y que sería
establecer varios horarios de las tandas de trabajos y en los centros
escolares.
Esto se complementaría con una
eficiencia en la regulación del tránsito por parte de la Amet, cuyos agentes
apostados en distintas zonas de la ciudad , por su manejo torpe contribuyen
agudizar los entaponamientos, al sustituir las funciones de los sistemas de
semáforos.
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