NUEVA YORK.- La delincuencia en esta ciudad no es cuento ni relajo, es un axioma definido en geometrÃa “como una verdad tan verdad que no necesita demostración”.
Los delincuentes están tocando todos los sectores de la sociedad neoyorkina donde el pasado lunes la jueza Phyllis Chu, mientras caminaba a eso de las 9:00 de la mañana hacia su despacho en la corte, ubicada en el 100 de la calle Central en el bajo Manhattan, fue agredida rudamente por un maleante.
El delincuente montado en una bicicleta le dio un puñetazo en la mandÃbula, sin mediar palabras, teniendo que ser trasladada a un hospital del área, informó la Oficina de Administración de Tribunales de la ciudad.
La Magistrada Phyllis Chu, de 56 años, se desempeñó como asistente principal del fiscal de distrito en la oficina de homicidios y ha presidido varios casos de alto perfil en la Corte Suprema de Manhattan, incluido la del actor Cuba Gooding Jr., acusado de violar una mujer dos veces.
En el mismo orden delincuencial, Alvin Kass, de 84 años, jefe capellán de la policÃa en la Metrópoli y el oficial con más años de servicio en la institución, con 54, fue asaltado el pasado martes a las 5:45 de la tarde en Riverside Drive con la calle 107, mientras caminaba para ejercitarse.
El delincuente para llevar a cabo su fechorÃa se le acercó al anciano, con cara angelical y gesto de decaimiento, diciéndole “tengo hambre, necesito comida, y al momento de estar cerca, el forajido accionó violentamente, diciéndole “esto es un asalto e inmediatamente rebuscó en sus bolsillos, tomó algunos dólares que portaba, pero al ver que llevaba una placa de la policÃa lo soltó y huyó inmediatamente. El capellán policial no resultó herido.
Una hora más tarde, el asaltante fue detenido por detectives e identificado como el hispano Rafael DÃaz, de 39 años. Su nacionalidad no fue dada a conocer por las autoridades.
Otro hecho a resaltar, ocurrió cuando un delincuente se abalanzó hace pocos dÃas sobre una madre con su bebé en brazos, para arrebatarle una cadenita de oro que tenÃa en su cuello. Este hecho sucedió frente al 429 de la calle Halsey, en Brooklyn. Nadie resultó herido.
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