Destacan la pérdida progresiva del valor de las monedas dominicanas de bajas denominaciones

-De la Redacción
La pérdida gradual del poder adquisitivo de bienes y servicios ha traído como consecuencia que las monedas de bajas denominaciones hayan perdido el valor de curso legal en la República Dominicana.
Ese proceso que inició hace muchos años  se aceleró en la última década pasando al parecer desapercibidos para la mayoría de los dominicanos nos duchos en materia económica y sin que las autoridades monetarias lograrán el fenómeno.
Primero perdió el valor de intercambio  de mercado la moneda de centavo (chele), luego la de un peso, siguiendo las de cinco y diez.
Aunque la moneda de un peso mantiene su valor relativo de circulación, cada día es más limitado.En muchos establecimientos comerciales comienza a observarse resistencia en aceptar esa denominación.
Es el caso de propietarios de negocios ambulantes (venduteros callejeros), así como transportistas del servicio público de pasajero.
En el caso de los mozalbetes que pululan en las esquinas de los semáforos de calles y avenida vendiendo frutas y chucherías, e incluso los pedigüeños  y los  limpian cristales de vehículos expresan disgustos al momento de recibir monedas de a peso, de cinco y diez, estas dos últimas, por cierto muy escasas.
Con una moneda de a pesos ya no se compra siquiera una menta, y su intercambio solo es aplicado en algunos supermercados, porque en la mayoría aunque los precios son fijados fraccionados con ese tipo de moneda, se niegan a devolverlo cuando se trata de uno, dos , tres y cuatro pesos.
Ese proceso progresivo en la pérdida del valor de nueva moneda lo que contrasta de cuando yo era niño que solía comprar con un centavo (chele), un dulce (piñonate), un sobresito de gofio , un sabroso helado de coco, un yaniqueque y otros artículos , principalmente en horario de recreo en la escuela.
De manera que ahora, entrado en la tercera edad, solo me conformo con rememorar esos tiempos en que el peso conservaba su valor real, varga la hipérbole , y reflexionar sobre el refrán aquel que dice más o menos que los tiempos que se van no vuelven y que plátano maduro no vuelve a verde.

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